El Observatorio Solar de Dinámica de la NASA observó una región activa girar sobre el Sol. El satélite lo siguió de cerca hasta que, por fin, dos semanas después, lo captó por completo en su movimiento rotatorio. Un agujero de más de 120.000 kilómetros de diámetro.
La región recibió el nombre de AR2665 y los científicos de la NASA remarcaron que por su tamaño es capaz de producir llamaradas o “bengalas” solares.
Las manchas solares son habituales, aunque menos frecuentes en este momento que el Sol se dirige hacia un período de menor actividad, denominado mínimum, que se presenta cada once años. AR2665 es una de las zonas más oscuras y frías de la superficie solar. Son productos de sus interacciones con el campo magnético y tienden a aparecer en regiones de actividad intensa. Una vez que esa energía se libera, emanan llamaradas y tormentas solares.
Lo que deslumbró a la NASA no fue su aparición, sino las dimensiones, que son infrecuentes. El agujero es más grande que la Tierra y no deja de crecer.