Música

La música country reflexiona sobre sus estereotipos raciales

Un reportaje que pasa revista sobre cómo la lucha racial se desarrolla en la música country.

Cuando la cantante country Rissi Palmer trabajaba en su álbum debut quería una canción como “Redneck Woman” de Gretchen Wilson, un tema que la introdujera a ella y le contara su historia a sus fans.

En su sencillo debut de 2007, “Country Girl”, celebró sus raíces country al tiempo que explicaba que no tuvo que verse o hablar de cierta manera para ser una chica country.

“Dije que no soy blanca en el primer verso y el sello dijo ‘no, no, no’”, dijo Palmer, que reescribió la letra para hacerla sentir más universal. “Era muy intencional cuando escribí esa canción hablar sobre todas las mujeres, toda la gente, que no necesariamente entran en la caja, pero que piensan igual”.

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La industria country ha dudado mucho sobre abordar su larga y complicada historia de raza, pero la muerte del ciudadano afroestadounidense George Floyd a manos de la policía y las protestas que desató en Estados Unidos y alrededor del mundo se volvieron tan fuertes como para que el género las ignorara.

En las últimas semanas, los artistas country, sellos y organizaciones country publicaron sobre el movimiento Black Lives Matter en redes sociales, participaron en el Blackout Tuesday (el martes de protesta racial impulsado por la industria musical) o denunciaron directamente al racismo. El jueves el grupo femenino country galardonado con el Grammy, The Dixie Chicks anunció que retiraría la palabra “dixie″ (asociada con los estados confederados) de su nombre. El grupo dijo en un comunicado que quería estar a la altura de “este momento”.

Pero los artistas negros dicen que la industria todavía necesita atender las barreras raciales sistemáticas que han pesado sobre la música country por décadas. Los estereotipos que hacen pensar que la música country es sólo para público blanco, escrita por compositores blancos y cantada principalmente por hombres blancos son reforzados diariamente en la radio country, las playlists, los artistas de los sellos discográficos y los carteles de giras. En años recientes, sin embargo, la conversación sobre la música country ha cambiado para reconocer que siempre ha habido artistas no blancos en el género, incluso aunque no sean reconocidos.

La artista y académica Rhiannon Giddens recibió una beca de la Fundación MacArthur por su trabajo para reconocer las contribuciones de los negros al country y la música folk. Y artistas como Darius Rucker, Kane Brown y Jimmie Allen han tenido éxitos en el primer puesto de las listas country en años recientes, mientras que Mickey Guyton acaba de lanzar una canción con el resuelto título de “Black Like Me” (negro como yo). Pero esa cultura inculcada de exclusividad sigue siendo difícil de cambiar.

“Pueden ver las reseñas de mi primer álbum, decían que era alguien de color como ‘no sabía que a la gente de color le gustaba la música country’”, dijo Palmer quien ha tenido tres sencillos en la lista Hot Country Songs. “Solía recibir mensajes todo el tiempo en mi MySpace, diciendo, ‘estoy harto de ti, ¿por qué tratas de ser blanca?’ o ‘¿por qué te estás tratando de apoderar de la música country?’”.

El cambio no ha sido fácil. Después de que el grupo galardonado con el Grammy Lady Antebellum anunció que cambiaba su nombre a Lady A, tuvieron que disculparse con una cantante negra que había usado ese nombre artístico por años.

El rapero country Breland de Atlanta también quería abordar, con un tono ligero, las insensibilidades raciales del country con su canción “My Truck”. El video musical de la canción en TikTok comienza con un hombre blanco con un sombrero negro de vaquero cantando mientras hay humo sobre un paisaje polvoso, entonces Breland lo retira del cuadro abruptamente y dice “no toques mi camioneta”.

“Sentía que era momento de que la gente cambiara su perspectiva sobre lo que es la música country y lo que puede ser la música country, porque hay un público de escuchas de música country de menos de 30 años que creen en el Black Lives Matter”, dijo Breland, cuya canción alcanzó el puesto 26 de la lista Hot Country Songs de Billboard y tiene un remix de con Sam Hunt.

Al igual que la canción de Lil Nas X “Old Town Road”, que mezcla country con hip hop y trap, Breland fusiona juguetonamente trap en temas country en los que habla de caballos, marihuana y cerveza en su EP homónimo y canta sobre artistas country como Chase Rice y Lauren Alaina. Breland dijo que los sellos de música country no se pueden seguir enfocando sólo en un tipo de audiencia.

“Hay un grupo de escuchas country que aman la música country por cómo suena, pero no les gustan algunas de las políticas que hay tras bambalinas”, dijo.

Históricamente la música country se creó y ha sido interpretada por comunidades blancas y negras del sur, pero la música se volvió un producto marcado por las divisiones raciales en la era de la segregación racial, dijo Amanda Marie Martinez, historiadora y escritora especializada en música country y raza. La música country fue estigmatizada al comienzo como “música hillbilly” (de campesinos ignorantes), pero la industria comenzó a empujarla hacia el ascenso de la clase media blanca como una forma de hacer el género más respetado y enormemente lucrativo.

“En el proceso también priorizaron a los blancos con un ingreso medio, relativamente conservadores, como el grupo demográfico que los escucha, medio opuesto a la cultura joven”, dijo Martinez.

Pero hubo periodos de diversidad, como después de la Guerra Civil, cuando los artistas negros como Charley Pride, Linda Martell, O.B. McClinton y Stoney Edwards tuvieron éxito, junto con

Johnny Rodriguez y Freddy Fender, quienes cantaban en inglés y español.

Los artistas negros también reclaman espacios que han sido abrumadoramente de dominio blanco.

Claude Kelly y Chuck Harmony, quienes trabajan bajo el nombre de Louis York, ya eran productores exitosos detrás de canciones pop como “Party in the USA” de Miley Cyrus y “Grenade” de Bruno Mars cuando se mudaron a Franklin, Tennessee, un suburbio de Nashville con sitios históricos de una importante batalla de la Guerra Civil y antiguas plantaciones con esclavos. Establecieron su estudio Weirdo Workshop y han trabajado con Jimmie Allen, así como la autora y poeta Caroline Randall Williams.

“Sabíamos que estábamos aquí para dejar nuestra huella en esta ciudad como músicos y como músicos negros y tocar en el Grand Ole Opry sería el pináculo”, dijo Harmony.

Y lo hicieron, les dieron una ovación en el Opry, pero quizá lo más importante para Harmony, era que quería que el público aprendiera sobre las raíces del country.

“Simplemente quería su atención imparcial, sin divisiones, para que pudieran hacer una correlación entre la música que habían venido a ver y el país que constituimos como gente negra”, dijo Harmony.

Tanto la Academia de Música Country (ACM por sus siglas en inglés) y la Asociación de Música Country comenzaron grupos de trabajo sobre diversidad hace más de un año cuando el género fue criticado por la falta de voces femeninas y el hecho de que las mujeres no llegaran a las principales categorías de premios como artista del año.

Becky Gardenhire, una importante ejecutiva de la agencia de talento WME en Nashville, que encabeza el grupo de trabajo de la ACM, dijo que están tratando de encontrar maneras de reclutar y mantener voces diversas, tanto entre directivos como en el escenario, con esfuerzos como mentorías, redes de trabajo y contactos para crear un futuros líderes y artistas.

“Estamos hambrientos de diversidad. Queremos candidatos que vengan a tocar la puerta, pero también tenemos que mostrarles que la puerta está abierta para ellos”, dijo Damon Whiteside, director general de ACM.

Pero al igual que los artistas country reflejan una imagen predominantemente blanca, hay pocos ejecutivos negros trabajando detrás de cámara. Candice Watkins tuvo uno de sus primeros logros en la música country trabajando como mánager para Keith Urban entre 2009 y 2011.

“Eso cambió mi vida porque obviamente él es un superastro”, dijo Watkins, quien es ahora vicepresidenta de marketing para Big Loud Records, cuya plantilla incluye a Jake Owen y Morgan Wallen.

Pero en ese puesto como mánager se dio cuenta que solía ser la única persona negra en la mesa directiva. Watkins dijo que su sello la apoya y valora su opinión, pero sabe que no podría ser igual para otras minorías y sus empresas.

“¿Cómo un joven encargado de artistas y repertorio es empoderado para regresar a la mesa y quizá proponer a un artista negro o a una persona de color?, hablando culturalmente ¿se sienten libres de hacer eso o automáticamente saben que es un territorio peligroso como para que ellos lo mencionen?”, dijo Watkins. “La cultura debe ser dividida en piezas para que eso ocurra”.

Palmer, quien graba un podcast que se enfoca en las experiencias de mujeres de color en la música country, dijo sentirse optimista porque las discusiones actuales sobre raza y música country puedan llevar al progreso, si se implementan cambios verdaderos.

“Me encanta la música country desde siempre y siempre lo hará. Es música sanadora, es música hermosa en esencia. Es sentida, es espiritual”, dijo Palmer. “Y sería una pena que no todos pudieran disfrutarla sólo por su envoltura”.

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