A las cuatro de la mañana ya había gente haciendo fila en sus carros a la orilla de la avenida Roosevelt para llevarse un regalito de Bad Bunny, quien se guilló con más de 30 mil cositas para repartirle a los chamaquitos y chamaquitas que le llegaran al coliseo Roberto Clemente.
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No había salido el sol y un corillito de Morovis ya estaba hablando con El Calce en la calle.
“Yo soy del Sector Aldea en Vega Baja. Soy casi vecino de Benito, pero me mudé y venimos de Morovis para conseguirle algo al nene que está dormido. Salimos a las tres de la mañana”, dijo un padre de familia que prefirió no dar su nombre porque le daba cosita.
El portón principal del complejo deportivo de la capital abrió tan pronto el reloj marcó las seis de la mañana y Yan Saúl Ramos Cruz, de ocho años, fue el primero en llegarle a la fila junto a su tía Liza.
“Vengo de Bayamón, porque me gusta Bad Bunny”, soltó el nene ante la mira de su soñolienta tía, quien confesó que el chamaco la obligó a levantarse de la cama a las cinco.
“Él es loco con la música de Bad Bunny, se las sabe y las canta”, dijo entre risas la titi.
Detrás de los primeros llegaron –también desde Bayamón– el combito de Andrea, Alondra y abuela Joyce.
“Salimos temprano porque queríamos verlo, pero cogimos el regalo y nos fuimos”.
Y es que la gente llegó temprano y ya a las ocho estaba recogiendo sus detallitos. Todo se distribuyó en doce estaciones en las que los regalos fueron repartidos de acuerdo a las edades de los más pequeños.
La llegada de Benito Antonio Martínez Ocasio se espera entre las nueve y once de la mañana.
A las 8:20 de la mañana, 671 personas habían recogido sus regalos. Habían pelotas, balones, instrumentos musicales, juegos de mesa y cositas pa’, por lo menos, sacar una sonrisa.