Contexto

Exitosa jornada electoral en Cuba

Los cubanos y las cubanas votaron sobre varios asuntos.

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Más de 8 millones de cubanos fueron convocados este domingo a un referendo sobre una reforma constitucional que busca reafirmar el carácter socialista de la isla, en momentos en que la región se enfrenta a una crisis en Venezuela, importante aliado de la nación caribeña.

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La Carta Magna de la isla se atempera a los cambios del país impulsados por el expresidente Raúl Castro, como la apertura a la iniciativa privada o la reforma migratoria, pero reitera la aspiración de Cuba de llegar a ser una sociedad comunista de partido único.

Cifras parciales de las cinco de la tarde, una hora antes de la clausura de la consulta, mostraron que habían votado 7,5 millones de personas, que equivalen a un 81.6%, según el parte ofrecido por Comisión Electoral. Previamente, las autoridades electorales habían indicado que no darían las cifras del cierre hasta el lunes.

Desde la mañana del domingo hubo colas en los colegios, donde se instalaron las urnas donde las personas votarían a favor o en contra de la reforma. Tras cantar el himno, las autoridades electorales _por lo general vecinos del lugar_ revisaron que las urnas estuvieran vacías y las colocaron junto a grupos de niños de escuela primaria, quienes simbólicamente custodian en los comicios en Cuba.

En días previos, carteles a favor del “Sí” empapelaron las calles, los autobuses o fue la consigna repetida en los medios de comunicación de carácter público. Por su parte, la minoría del “No” no tuvo campaña, pero hizo eco en redes sociales. Muchos cubanos son nuevos usuarios de plataformas como Twitter, Facebook o Instagram; o comenzaron a usarlos con fluidez a partir de finales del año pasado cuando se abrió el servicio de datos móviles.

Mira esta galería de fotos de Prensa Asociada, que siguió al presidente Migue Díaz Canel mientras votaba:

 

Aunque el proceso de reforma electoral se inició en abril, con la toma de posesión del presidente Miguel Díaz-Canel _a través de una comisión redactora encabezada por el exmandatario Raúl Castro_, la coyuntura política en Venezuela, el principal aliado de Cuba, no pasó desapercibida.

“Estamos viviendo un momento de amenaza imperial, existe la intención de imponer una plataforma de restauración capitalista en América Latina, se está acudiendo a las más perversas y groseras prácticas. Ayer lo vimos en la frontera de Colombia con Venezuela”, expresó Díaz-Canel quien emitió su voto en la mañana.

“Estamos votando también por América Latina, por Venezuela y la dignidad de la región”, agregó el mandatario. El gobierno cubano reiteró su preocupación por una posible intención de Estados Unidos de intervenir militarmente en la nación sudamericana y advirtió que el objetivo también es presionar a Cuba. “Lo que le están aplicando a Venezuela se lo pueden aplicar a cualquier lugar del mundo”.

La nueva Constitución modificaría la Carta Magna de 1976, que al calor de la alianza de Cuba con el bloque comunista de los países del Este era mucho más cerrada en materia, por ejemplo, de propiedad o ciudadanía o desconocía algunos derechos.

Después de que la comisión redactora entregara el texto al Parlamento, comenzó un proceso en miles de centros de trabajo y estudio o comunidades para que los ciudadanos pudieran discutirlo y realizar sugerencias de cambios antes de regresar al legislativo _que cambió un 60% de la iniciativa_ y ahora debe ser refrendada.

Algunos de los cambios del texto de la Constitución propuestos por la población fueron pequeños giros en la letra, pero otros abrieron fuertes debates en el país, como un artículo que podría haber posibilitado el matrimonio gay y que finalmente fue retirado debido a la negativa de muchos sectores a estas uniones o la elección indirecta del cargo de presidente _como se hace ahora_ o gobernadores, esta última una nueva figura a nivel provincial.

“Dicen que no somos nada, pero no dejan de actuar contra nosotros, yo VotoRecontraNO”, expresó en Facebook el opositor Eliécer Ávila, quien rechazó el texto de Carta Magna como una expresión de continuidad del actual modelo en Cuba.

Como él, casi todos los pequeños grupos disidentes que no tienen estatus legal y las autoridades a las que suelen acusar de ser instrumentos de los grupos de presión, sobre todo en Estados Unidos, para destruir la revolución instaron a sufragar en contra, o no asistir a las urnas.

Desde otros puntos, como algunas iglesias evangélicas _muy activas en contra de la reforma a la Constitución en los últimos meses_, también se exhortó a votar por el “No” bajo argumentos específicamente religiosos como la falta de reconocimiento de la objeción de conciencia o la posibilidad de que un nuevo Código de Familias _que debería formularse tras la Carta Magna_ reconozca el matrimonio homosexual.

En tanto, el senador estadounidense Marco Rubio criticó el plebiscito. “El llamado ‘referendo’ en #Cuba es otra maniobra más de la dictadura cubana para aferrarse al poder”, escribió Rubio en su cuenta de Twitter. El senador Rubio coordinó desde Colombia el envío de ayuda humanitaria a Venezuela, la cual las autoridades cubanas aseguraron era solo una excusa para generar provocaciones y eventualmente una guerra en la nación sudamericana.

Cuba y Estados Unidos se encuentran en el punto más bajo de la relación bilateral en años, luego de que el presidente Donald Trump asumió el poder y revirtió buena parte del acercamiento propiciado por el expresidente Barack Obama, al tiempo que se mantienen las sanciones de Washington contra la isla vigentes desde los años 60 para presionar por un cambio de modelo político en la isla.

La renovada Constitución también contempla la figura de un primer ministro, las cooperativas, permite la contratación de personas por parte de pequeños empresarios y reconoce que los isleños pueden tener una doble ciudadanía, entre otros.

Las autoridades suelen expresar su orgullo por la alta tasa de asistencia a las urnas, ya sea para la elección de autoridades o, como en este caso, para reformas. En marzo de 2018 durante las elecciones en las que tras reunirse el Parlamento en abril salió electo Díaz-Canel, el 85,65% de los electores _ unos 7,3 millones _ asistieron a las urnas, de esas boletas resultaron válidas el 94,42% y el 4,32% fueron en blanco.

En 1976, cuando se produjo un plebiscito para aprobar la Constitución ahora en reforma, la votación fue del 98% _ de los cuales el 97,7% lo hizo afirmativamente _ aunque a diferencia de ahora en esos tiempos no se habilitaba el voto a los residentes en el extranjero o emigrados, que ahora conservan sus derechos luego de una reforma migratoria a comienzo de década, pero que no estarán en territorio nacional para ejercer su sufragio.

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