A sus 53 años Omar Ocasio Ramírez se levanta todos los domingos para subir hasta lo más alto de El Yunque en su bicicleta. Para el entrenador de profesión, quien a diario se dedica a ayudar a otros en sus respectivos desarrollos físicos, el ejercicio trasciende la recreación. Se trata de salud y vida, y más cuando ya se tienen más de cinco décadas vividas.
PUBLICIDAD
“Gracias a la actividad física lo he logrado todo y tengo salud. Este es mi trabajo, porque soy entrenador, pero es también mi vida. He ayudado a mucha gente gracias a esto y me he ayudado a mí”, dijo. “Me ayudo con ejercicio y con una buena alimentación”, añadió.
Para el ciclista la actividad física es vital en la medida que van pasando los años. Y claro, aseguró que cada ser humano debe tomar conciencia al respecto.
“La bicicleta es mi desahogo. Y pedalear es algo que me hace falta, que lo necesito porque es parte de mi rutina, el cuerpo me lo pide. Ahora mismo me he tenido que aguantar, porque la cosa no está buena en la calle. Pero todos los domingos subo El Yunque hasta lo último. Aunque ahora no dejan, subo a la Coca y hago mis repeticiones. El ejercicio es una responsabilidad”, señaló.
Para Ocasio Ramírez los años son solo una inyección de experiencia, pues entiende que la juventud se carga en el espíritu y el pensamiento.
“Para mí la vejez es madurez, ver las cosas con más claridad. Yo me gozo más las cosas, no me siento viejo, porque ahora mismo es cuando mejor me siento. Cuando chamaco subir El Yunque era un maratón y ahora es una vueltita. Yo le diría a la gente que si no han empezado a hacer ejercicios, pues que empiecen. Esto es vida, salud. Nosotros los master en ciclismo cogemos a los nenes y los explotamos”, manifestó el cincuentón, no sin antes soltar una carcajada.