Contexto

El 23% de los refugios identificados para la temporada de huracanes no se deben usar

Municipios reclaman comunicación clara de parte de los departamentos de Vivienda y Salud ante la potencial triple emergencia por los terremotos, el coronavirus y los huracanes.

De la lista de refugios divulgada por el Departamento de la Vivienda para la temporada de huracanes 2020, el 23% son escuelas con daños estructurales a causa de los temblores ocurridos en el sur hace unos seis meses. Desde que el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) alertó hace una semana que, solo de la región sur, esa lista tiene 14 escuelas con daños clasificadas no aptas o parcialmente aptas, el documento no ha sido corregido por las agencias a pesar de que ya comenzó la temporada ciclónica.

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De los 319 albergues identificados hace una semana por el Gobierno, 73 son escuelas que tienen daños provocados por los temblores que requieren reparación o clausurar áreas, o son tan severos los daños, que deben cerrar de forma permanente, según los ingenieros contratados por el Departamento de Educación (DE) que las inspeccionaron.

Además de las 14 escuelas en el sur, otros 59 planteles refugios clasificados como no aptos (rojos) o parcialmente aptos (amarillos) se encuentran ubicados en 64 municipios de Puerto Rico. Hormigueros, Aguada, Rincón y Manatí tendrían que descartar los refugios cuyas escuelas fueron clasificadas rojo. El caso más urgente es Rincón puesto que solo cuenta con ese albergue no apto incluido en la lista. Otros pueblos como Gurabo, Quebradillas y Salinas están limitados de espacio para refugiar damnificados, ya que los que tiene identificados Vivienda están sólo parcialmente aptos para ocupar.

Según el informe de inspección de la escuela Manuel García Pérez en Rincón, elementos estructurales como vigas y columnas se agrietaron en todos los salones, por lo que se recomendó su cierre. El alcalde popular, Carlos López Bonilla, entiende que, “esa escuela tienen que arreglarla [el DE]. Fue nuestro refugio principal durante María, estuvieron como 120 refugiados, tiene cisterna, placas solares. Necesitamos urgentemente el arreglo de esa escuela porque básicamente nos quedamos sin refugios”. Aunque el ejecutivo municipal indicó que los centros comunales son una opción, pedirá la certificación de la escuela Manuel González Melo como refugio, calificada apta en la inspección posterior a los sismos. También señaló que obtuvo permisos para rehabilitar la escuela Octavio Cumpiano, cerrada en 2017, pero las obras que necesita el plantel fueron retrasadas por el toque de queda.

 

En la escuela elemental Webster de Peñuelas se puede ver la rampa de acceso despegada de la estructura principal. Foto por Luis R. Vidal | Centro de Periodismo Investigativo

Para San Sebastián, Vivienda no identificó refugio en un plantel escolar. Su alcalde penepé, Javier Jiménez Pérez, recordó que para el huracán María certificaron las escuelas Manuel Méndez Liciaga (Nueva Superior) y la Patria Latorre, “pero no sirven porque no tienen planta [eléctrica] y tienen problemas con las cisternas”. Si no se resuelven estas necesidades, utilizará el Coliseo Luis Aymat. Aunque esta facilidad tiene cabida para más de mil personas, el distanciamiento que obliga el coronavirus reduce su capacidad. Para el huracán María, recordó, unos 275 ciudadanos se refugiaron en su municipio. Luego de los sismos, la escuela Patria Latorre fue clasificada parcialmente apta.

Jiménez Pérez criticó que, “abrieron las escuelas con una inspección superficial con compañías contratadas de AFI [Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura] que no determinaron si tenía la deficiencia de columna corta o cualquier otro riesgo para los estudiantes. Por eso empezamos a reparar escuelas. Todas las escuelas necesitan un assesment [evaluación] para determinar las deficiencias que tienen para enfrentar un sismo. El Secretario de Educación [Eligio Hernández Pérez] debería ser proactivo en estos meses”. La columna corta es un tipo de pared de soporte sin flexibilidad que podría provocar el colapso de la estructura como consecuencia de un movimiento sísmico. Antes que el coronavirus detuviera los trabajos, personal del municipio de San Sebastián corrigió cuatro escuelas con este defecto: la Maximiano Salas, la Áurea Fuentes, la Carmelo Serrano y la Ramón María Torres.

A pesar de lo que se indica en los documentos entregados por el mismo Gobierno, el administrador de Vivienda Pública, William Rodríguez, aseguró a través de su portavoz de prensa que, “la lista de refugios se trabajó utilizando escuelas aptas para ser utilizadas como refugio por parte de un comité interagencial que incluye al Departamento de Educación. Las escuelas continúan con un plan de reparación con prioridad a aquellas que serán utilizadas como refugio”.

Alcaldesa de Gurabo dice que una escuela que se recomendó demoler puede ser refugio

En Gurabo, todos los refugios identificados están clasificados parcialmente aptos, según las inspecciones. En una primera inspección, con fecha del 15 de enero, los ingenieros recomendaron demoler la escuela Margarita Rivera de Janer tras calificarla no apta, pero la alcaldesa penepé Rosachely Rivera Santana aseguró al CPI que este plantel “siempre se ha usado como primer refugio porque queda cercana al Centro de Manejo de Emergencias y el hospital. Ya le había arreglado el generador y la cisterna. Está apta para ser refugio para huracanes. Pero no quiero mezclar la inspección para ser un refugio con la inspección para resistencia a temblores porque se está pidiendo que se reevalúe”.

Una segunda inspección, el 6 de febrero de este año, reclasificó la escuela Margarita Rivera de Janer de Gurabo como parcialmente apta y recomendó el cierre del salón de teatro y otra área donde se debe reparar un alero. A las otras escuelas refugio, la Villa Marina, la Matías González y la Vidal Serrano, “le faltan demasiadas mejoras”, opinó la alcaldesa. De necesitar otros espacios, habilitaría algún centro comunal.

Recomienda no usar escuelas afectadas por sismos como refugio

El presidente de la Asociación de Manejadores de Emergencia y Profesionales de Seguridad (AMEPS), Nazario Lugo Burgos, explicó que la certificación de refugios recae en un grupo que identifica el Departamento de la Vivienda que incluye personal de la Oficina de Manejo de Emergencia municipal, el Departamento de Educación y la Oficina del Procurador de Personas con Impedimentos.

“Ese grupo inspecciona las facilidades en uso, escuelas en uso, y que cumplan con requerimientos mínimos para albergar personas en caso de eventos atmosféricos. Esa fue la práctica por los pasados 30 años, pero se parte de la premisa de que si son escuelas en uso deben cumplir aspectos de seguridad estructurales. Esto cambió todo con los movimientos sísmicos. El Departamento de la Vivienda debe levantar otro tipo de inventario que no sean estas escuelas para equiparar la cantidad de refugiados o espacios disponibles que por municipio se requiere. Eso no se ha hecho. Han regresado a escuelas, algunas que estuvieron cerradas, en desuso, a escuelas que se afectaron con daños estructurales parciales por los sismos y se han re-inspeccionado como refugios, lo cual es totalmente incorrecto. Si hay un salón afectado de un edificio, está afectada toda la estructura, está comprometida. Hay que buscar otros espacios, centros comunales, centros privados como centros de convenciones, que sea un espacio adecuado”, abundó.

“Con la emergencia del coronavirus la mejor alternativa de un ciudadano es refugiarse con familiares porque el riesgo [en un refugio municipal] es muy alto. Le he dicho a los alcaldes que se preparen para que en una escuela tengan máximo 30 a 35% de los refugiados que acostumbraban a tener en ese espacio. Se reduce a más de la mitad la capacidad, triplica la cantidad de espacios que necesitas para tener la misma cantidad de refugiados”, apuntó Lugo Burgos.

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