Contexto

Doña Rosa pasó María en Las Croabas y... sobrevivió

Por: José Encarnación Martínez 

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FAJARDO – A las 10:23 de la mañana del jueves 21 de septiembre Metro estuvo en Fajardo. Específicamente, en el sector costero Las Croabas, a pasos del mar y justo frente a los predios de la reserva natural Las Cabezas de San Juan.

Ya no habían ráfagas que alcanzasen las 200 millas por hora ni techos volando como resultado de la presión huracanada del poderoso ciclón María. Solo quedaba [y queda] el trago amargo del recuerdo. Y los hechos, claro está.

Entretanto, allí en Las Croabas, a un día de María, doña Rosa Robles aprovechó para pasar revista de la crisis en el complejo de trailers Sol del Caribe, donde sobrevivió el temporal a menos de 25 metros de la playa.

Ante la mirada atenta de unos cuantos fieles caninos que reposaban en la sombra de un Toyota Corolla color crema, la señora de cabellera blanca hizo memoria. Y nos dijo: “el temporal no pudo con nosotros. Lo pasamos aquí. Y eso fue una cosa terrible. Fue mucho, mucho, pero mucho peor que Hugo”, rememoró.

Doña Rosa tiene 79 años. Es caridura, así que sabe de lo que habla. El huracán Hugo arrasó con el área Este en septiembre de 1989 y dejó múltiples daños en la zona estimados en cerca de $1,500 millones.

“Terrible, terrible. María arrasó con todo. En estos aparatos [trailers] no se puede pasar un ciclón así. ¡Muchacho, deja eso! Este temporal fue una cosa bien mala”, reconoció la veterana de mil campañas, quien aseguró conocer el área costera lo suficiente como para saber que las marejadas ciclónicas no serían una amenaza seria para ella.

Calma. No se equivoque. Doña Rosa no durmió en un trailer. Durmió entre ellos, en una casita custodiada por un almendro, un flamboyán azul y un palito de aguacate que se quedó sin ramas y futuro ante los fuertes vientos del histórico fenómeno natural.

“Encerradita. Lo pasé en la casa segura. Estas cosas [los trailers] son buenas y aguantaron más de lo que yo esperaba. Pero chacho mijo… uno hace lo que hace porque sabe. Yo lo pasé allí arribita y no pasó nada grave. Los trailers me aguantaron los vientos un poquito”, aclaró Rosa, no sin antes destacar que los terrenos pertenecientes a su hermana Mirna serán revitalizados más temprano que tarde.

“Con calmita. Esto se levanta en un tiempito. Me da pena con los dueños [de los trailers]. Por lo menos los que vivían en ellos se fueron y espero que estén bien. Ya tú verás que el país va a echar pa’lante”, sentenció la fajardeña.

Ojo… doña Rosa nos despidió con la receta de su bravura. Tome nota, mire que el futuro viene duro.

“La clave es comer viandas con pescao. Hay que limitar las carnes rojas. Viandas, viandas y más viandas. La clave de ser valiente está en la tierra. Recuerda eso. Ella nos da y nos quita. Ahí es que está el truco, papá”, puntualizó la doña.

Panorama en Fajardo

En el municipio de Fajardo se reportaron unos 150 refugiados, aproximadamente 1,000 pérdidas totales y al menos 3,000 damnificados.

Al presente, tanto el hospital Hima San Pablo como el Caribbean están en funcionamiento. Ninguno de los dos centros hospitalarios sufrió pérdidas mayores.

Actualmente, la crisis en el pueblo gira en torno a la falta de diesel y gasolina. Un buen número de supermercados y farmacias lograron abrir sus puertas. Sin embargo, la falta de combustible amenaza con interrumpir sus servicios. Asimismo, comercios de comida rápida, tanto locales como multinacionales, enfrentan el mismo reto.

Tras una semana de intensa crisis nacional, en Fajardo no se ha confirmado ninguna muerte relacionada al huracán María. Al igual que buena parte de Borinquen, el municipio permanece totalmente incomunicado.

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