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Los familiares de las víctimas de los ataques terroristas perpetrados en noviembre del 2015 han presentado una demanda en contra de Facebook y Twitter, acusándolos de haber facilitado la comunicación entre los atacantes.
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La demanda presentada en Nueva York y a la que también se sumaron familias afectadas en ataques similares de Israel y Bruselas, solicita que ambas plataformas sociales paguen los daños causados durante los incidentes, al no poder evitar que sus redes sean utilizadas para el reclutamiento de seguidores extremistas, así como intimidar enemigos y buscar financiamiento.
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El abogado que lleva el caso de estas familias asegura que este tipo de acceso a Internet debería tener restricciones similares a las que tienen los bancos, al restringir el envío (en este caso la comunicación) a zonas donde proliferan grupos como ISIS.
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Desde los ataques en París, Twitter han suspendido cientos de miles de cuentas usadas para promocionar actos de terrorismo, y como señala Eric Goldman, profesor de la Escuela de Leyes de la Universidad de Santa Clara, muchas plataformas sociales han tomado medidas adicionales a la ley para contrarrestar este tipo de contenido, por lo que difícilmente las demandas en contra de estas compañías prosperarán.
