Contexto

De bacalaos y mordíos: el juego que nadie gana

Siempre hemos escuchado que los boricuas dicen casi con el pecho infla&#39o que “la política es el deporte nacional”, y comparándolo con la cancha de baloncesto donde me crié, me parece bastante parecido: dos bandos jugaban (usualmente tenían uno o dos buenos jugadores y el resto eran plastas), había un comelón sediento de protagonismo, no existía un árbitro que mantuviera el orden, había gente que se apoderaba de la cancha y no dejaban a los más pequeños jugar; tres o cuatro servían como cheerleaders y se dedicaban a gritar sandeces apoyando a su corillo mientras le daban nalgas a los banquitos, los jugadores discutían más de lo que ejecutaban, el perico era la forma de conseguir energía de algunos, siempre había un par de gente en los bleachers diciendo cómo es que se tenía que jugar (pero nunca cogían una bola) y al final lo que se supone que era un juego de baloncesto, se convertía en una conato de motín. Todos los días la misma historia.

Sí, igual a la política.

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Cada cuatro años salen “nuevos” jugadores o repetimos batatas, que aunque sabemos que son unas clecas, los vitoreamos porque son de nuestro equipo. Desde el 2008 el torneo cambió con la llegada del mimado de Naguabo, el señor Rogelio Figueroa, cuya mirada no tiene nada que envidiarle a la de Freddy Krueger. Cuando Rogelio salió, pocos lo tomaron en serio. Imagínense: un muchacho que se parece a Julito Rivera Saniel, hablando de un ambicioso proyecto de país y sin mencionar al estatus político de la isla. Muchacho, pa’ qué fue eso. Antes del debate, a Rogelio le prestaron la misma atención que cuando alguien te pide chavos en la luz, que uno clava la mirada en el semáforo, como quien dice, “no te he visto; no existes”.

Rápidamente comenzaron a tildarlo de “loco”, porque en un País cabizbajo la gente quiere cambios, pero haciendo lo mismo que han hecho toda la vida; todos quieren chupar la china, pero nadie quiere mondarla. El tipo se fue con su séquito, compuesto como por cuatro gatos (que a su vez eran todos los miembros del partido), y llegaron juntitos en una Caravana al primer debate. ¿Qué pasó? El negrito fue la gran sorpresa.

Aún recuerdo como una voz áspera e histérica le dijo a Luis Fortuño: “¿Por qué no hablan de cómo desarrollar a las miles de personas que viven en los residenciales para que dejen la dependencia de fondos federales? ¿Qué? ¿Es que tienen miedo a que dejen de ser estadistas?” Todavía Luisito está buscando el comeback pa’ esa pregunta.

Claro, las elecciones llegaron, Fortuño dio una soberana pela, Aníbal se fue a Facebook a dar consejos que nadie le pidió (porque todas las ideas para salir de la crisis le llegaron cuando terminó su mandato. ¡Qué mameyote!) y el PPR llegó en un sólido tercer lugar, desbancando al PIP, quienes ya estaban acostumbrados al “gracias por participar” que le daba la Comisión Estatal de Elecciones. Las ideas del tipo eran buenas, pero el boricua estaba adoctrinado al jueguito de la soga entre coloraos y azules. Pero cuando le dan la primera bofetá al guapo del barrio, las demás vienen por obligación… solo se necesita un bravo que la zumbe.

En el 2012 la historia suma dos nuevos miembros: Rafael Bernabe y el Partido del Pueblo Trabajador, y Arturo Hernández con el Movimiento Unión Soberanista. Con las redes sociales en el juego, Bernabe se hizo sentir y terminó en un sabroso cuarto lugar, no porque el PIP hizo un trabajo brutal para retomar el tercer lugar, sino porque el tatuaje del puño en la espalda de Juan Dalmau robó corazones.

¿Y Rogelio? Al sol de hoy, no sabemos de él. Terminando el 2015, llegó el proceso de radicar candidaturas, y ya no solo tenemos los tres partidos tradicionales y cantaleteros, sino que hay que añadirle al PPT en su segunda vuelta, y dos candidatos independientes: Alexandra Lúgaro y Manuel Cidre. Hay más “locos” dispuestos a meter caña.

Desde que Lúgaro y Cidre anunciaron sus candidaturas, lo primero que escuchamos es: ¿cómo van a echar un gobierno pa’ lante sin partido? Bueno, yo no sé ustedes, pero en los últimos 15 años yo no he visto que el País haya echado pa’ lante y han cambiado varias veces de partido. Hemos tenido gobiernos con mayoría de un partido, gobiernos compartidos, “banquete total” y un desgobierno, como el que tenemos actualmente. ¿El país va de cara al futuro? Vamos a dejarnos de boberías, usted y yo sabemos que no.

A mí me está curioso que el boricua es un titán a la hora de subir &#39quotes&#39 motivacionales de “enfrentar la tempestad”, “perder el miedo” o “coger el toro por los cuernos”, pero a la hora de la verdad se asusta. Gente, los retos esos que “les pone el destino” no son solo cuando a usted le serruchan el palo en el trabajo o cuando se le explota una goma al Suzuki, los retos incluyen lo que usted puede hacer por su país, el mismo país que le va a dejar a su prole. No pueden decir que fueron “líderes” y que hicieron un nuevo camino, cuando se recuestan en la comodidad de lo establecido, del “voto por fulano porque en casa somos penepés o populares”. Ser patriota no significa berrear “Puerto Rico, patria mía” de Andy Montañez y darse en el pecho, es pensar y actuar sobre las decisiones que afectan tu país.

Un independentista no es más patriota que un anexionista o un estadolibrista, el ideal político no define el amor por tu cuna; pero tampoco me vengan a decir que quieren a su país, y cada vez que pueden se lo entregan a cualquier bacalao para que lo dirija. Gente, si ustedes tuviesen un negocio, ¿se lo darían a cualquiera para que fuera gerente y lo administrara? ¿Y por qué diantres lo hacen con el país de sus hijos y nietos? Porque las decisiones que tomaron nuestros padres y abuelos, las está pagando mi generación; pero las que tomemos nosotros va a afectar a nuestra descendencia. Papo, la deuda, las malas decisiones, el despilfarro y el “cerrar los ojos para que desaparezca el problema” siempre regresan buscando venganza. Miren, eso es lo que estamos viviendo.

A mí me da risa como escucho ya gente diciendo que si fulano, que si sutano… o sea, ya hay gente declarando ganadores y todavía no han pisa’o un debate (que estoy seguro que en este 2016 estarán buenísimos, así que vayan con los panties y calzoncillos bien amarra’os). Así de “serio” esta gente toma al País y al electorado. Gente, no olvidemos que si existe la partidocracia, es porque el fanatismo la alimenta.

Usted y yo podemos o no estar de acuerdo con lo que plantee Lúgaro o Cidre, pero vamos a dejar que se expresen y que zumben su plan. Ya llevamos un fracatán de décadas escuchando al PPD y al PNP echarse culpas, y al PIP echarle culpas a los otros dos; entonces, ya es hora que el debate suba porque no tenemos 30 años más pa’ escuchar a tres zánganos sin que alguno diga “olvídate de quién es la culpa, vamos a enderezar esto”.

Bebeces, ya no solo basta quejarse, porque ahora tienen un par de opciones. Si se enfangan en el 2016, no es porque no había más na’ y “hay que votar por el menos malo”, va a ser culpa de ustedes solitos, porque ya es hora de que cojamos responsabilidad por nuestras acciones.

A Lúgaro, Cidre y Bernabe le doy las gracias por atreverse a entrar al juego, porque este no puede cambiar si no existe gente que se atreva a mejorarlo, porque los récords nos los rompen los que piensan como derrotados. La bola está en su cancha… no se esmonguen en el clutch.

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