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Cumplir ya me causa trauma

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Cumplir años es una de esas fechas más traumáticas del año. Lo comparo con el estrés de entregar la planilla y los últimos días que quedan para renovar el marbete de mi guagua. Recuerdo hace unos años que cumplir era motivo de alegría y fiesta, claro aún lo es, pero de manera distinta.

Me explico. Como todos los que nacimos en verano, la mayoría de mis cumpleaños me lo celebraban en la playa, piscina o algún río cerca de mi antiguo hogar. Sí río, soy un jíbaro de Guayanilla y esas cosas se hacen en esos lares. Anyways, la cosa es que me emocionaba cumplir. Era mi fecha favorita del año, además de Navidad y esas épocas medias cheesy.

Sin embargo, al pasar de los años se ha vuelto traumatizante. Mientras más cumples, son más responsabilidades y más preocupaciones. Para esta fecha siempre me da por verificar mi lista de metas cumplidas y darle “check” a las cositas que ya he hecho. Siento que he cumplido varias de ellas. Me hice profesional a los 22, he trabajado en varios medios importantes en las comunicaciones del país y he bailado bastante en la vida, cosa importante para que no salgan arrugas y olvidar los eventos patéticos que pasan en mi bello Borinquen. Además me he tirado par de viajes, aunque faltan algunos destinos por pisar como Francia y visitar el túnel por donde se escapó El Chapo. Btw, este mexicano es el héroe de muchos tras trolearse de manera estupenda al gobierno azteca. ¡Quiero ver su serie ya! ¡Telemundo brega ahí!

Seguimos. Mañana cumplo 27 y me pone a pensar que el año que viene tendré que pagar planillas, ya que no tendré ese “privilegio” que dio el gobernador García Padilla a los que tienen 26 o menos. A estos le sobraba todo lo que le habían reducido. Encima de este trauma, viene otro. 27 está más cerca de los 30. ¡Sí 30! A los que siempre le he tenido terror, no sé por qué, maybe porque si fueron capaz de llegar tan rápido así mismo llegarán los 40. ¡Eso traumatiza herman@ en Cristo que me lees!. Pensar que en tres años seré del club de los treintones de esta joya caribeña me pone los pelos de punta. Ojalá de aquí allá cumpla algunos deseos que aún no se han concretizado.

A lo mejor dirás “ay, pero este niño que noño o ridículo”. Juro que algunos pensarán eso. A ti te digo que si eres más joven que yo, ya te llegará el momento y te traumatizaras igual. Y si eres mayor te compadezco porque el trauma debe ser peor. Es más tu trentón, cuarentón o cincuentón que me lees, tú quisieras tener 27.

También cuando cumples, empiezas analizar toda tu vida. Amores, perreos, jangueos y algunas cosas que son mejor no mencionar y olvidar.

Un amigo me dijo: “Harry relax. Cuando llegues a los 30 parecerás de 18. ¡Qué divino con ese cutis espectacular que tienes”. Yo le respondí que eso es un medio halago. Me explico, que me digan “te ves bien jovencito” es como mentarme la madre. Cada vez estoy más viejo y verme joven con 27 años no calma mi trauma del todo. Claro prefiero verme joven que todo jodío. Porque ser flaco y verme demacrado es como parecer un deambulante. Gracias a Dios que no me sale barba porque me darían pesetas cuando camino por las calles del Viejo San Juan.

Hoy me pregunto: ¿por qué demontre el tiempo pasa tan veloz? Si yo sigo siendo el mismo flaco de la high. Ese que se pasaba en un palito con un grupo de nenas y nenes donde jurábamos que la pasamos bestial. Todo esto se responde con “vida”. Así es la vida y tenemos que vivirla para no decepcionarnos en nuestro lecho de muerte.

Termino esta catársis de lamento y aprovecho para felicitar un ser que me dio la oportunidad de crecer junto a ella. ¡Felicidades gemela en tus 27! Cúmplelos por mi si me amas tanto como dices. Ay mira bye…

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