A días de que los odontólogos Ricardo González y Pedro Barea finalmente puedan regresar a laborar, son muchas cosas las que trotan por su mente. Saben que esto va a ser complicado, pero se puede.
“Nosotros atendemos la salud en un área que es considerada de alto riesgo, a la hora del contagio, que es la boca. Vienen muchos cambios”, señala Meléndez, al conversar con Metro en medio de la pandemia.
“Ya de por sí nuestros parámetros de seguridad salubre son altos, pero ahora será más rígido. Es algo que se conversa entre colegas y que uno está pendiente, según sigue saliendo información al respecto”, agregó el boricua, con oficina en Hato Rey.
Barea, mientras tanto, se encuentra en Dallas, donde labora en Parkhaven Dental Care, una práctica privada en el suburbio de Parkland, afuera de la ciudad, “una práctica privada que atiende sobre 600 pacientes, y cuenta con 15 higienistas y tres doctores”
“Somos una de las especialidades médicas mejor preparadas en el control de infecciones. Todo paciente que vemos se trata como un procedimiento quirúrgico invasivo porque estamos exponiendo una cavidad del cuerpo, todo lo que tengamos contacto debemos tener todo tipo de precauciones. Con esto en mente, cuando comenzó todo este revolú, la preocupación iba mas allá, porque puede haber personas que no presentan síntomas, mientras que otras sí”, resaltó Barea, quien paró de trabajar el 17 de marzo.
Y así. Los retos nuevos son muchos, más de cara a la reapertura, tanto en Texas como en Puerto Rico, de los servicios de salud dental. Tras varias semanas de toque de queda y protocolos de distanciamiento social en un momento en que la humanidad anda encerrada y las economías de las naciones enfrentan un futuro incierto, la gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez Garced, emitió una nueva Orden Ejecutiva (OE) en la que vuelve a flexibilizar algunas de las políticas de distanciamiento social para combatir la pandemia.
Tal y como ha sido la norma en su atropellado mandato, las instrucciones emitidas en la nueva OE por la Gobernadora carecieron de especificaciones. Sin embargo, varias organizaciones que atienden la salud dental en Puerto Rico se dieron a la tarea de explicar los pormenores al gremio, especificando los puntos pertinentes.
Según la OE de la Gobernadora cuando se refiere a oficinas dentales, “sus operaciones se regirán por las guías de ADA de la Junta dental de Puerto Rico y el Departamento de Salud. Podrán tomar medidas para procedimientos de emergencia que deberá incluir un teléfono al cual puedan llamar los pacientes y coordinar sus servicios por cita previa. Evitando la conglomeración de pacientes en las oficinas o salas de espera, respetando los protocolos de distanciamiento social y tomando todas las medidas necesarias para salvaguardar la salud de todos los empleados que laboren en las oficinas”.
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En un mensaje oficial a su matrícula, el presidente del Colegio de Cirujanos Dentistas de Puerto Rico (CDDPR), David Kerr, específico que la OE “flexibiliza la apertura de las oficinas dentales que cumplan con las normas de distanciamiento físico, equipo de protección personal y que con la auto certificación que valida que los lugares de trabajo estén listos para proteger a sus empleados”.
Estos son, según explicó, “asegurar que tanto el dentista como sus empleados cuentan con el equipo de protección personal (PPE por sus siglas en inglés) adecuadas para operar en medio de la actual pandemia (ver recomendaciones del ADA y la Junta Dental Examinadora); readiestrar al personal con relación al uso correcto del PPE y toda la información actual sobre el COVID-19 a base de las directrices del Puerto Rico Ocupational Safety and Health Administration (PROSHA), adscrito al Departamento del trabajo; garantizar el cumplimento del Protocolo de Apertura para Servicios Dentales Durante la Pandemia del COVID-19, establecido por el Colegio de Cirujanos Dentistas”.
Sin embargo, ese protocolo aún no se ha hecho público y “será distribuido en los próximos días y publicado en todos los canales oficiales del Colegio” e incluirá un formulario que para que los dentistas lo llenen, un “formulario de auto- certificación establecido por el Departamento del Trabajo y PROSHA”.
“Tan pronto el enlace para llenar el mismo esté listo, se los haremos llegar. Si no cumple con esta auto certificación, recomendamos que NO abra su oficina hasta poder cumplir. Estas nuevas directrices aplican tanto a las oficinas que abrirán bajo la nueva orden a partir del 11 de mayo, como a las que actualmente operarán atendiendo solo emergencias. Continuaremos actualizando la información y pasos a seguir para ayudarlos a reabrir sus oficinas de manera exitosa y segura para todos”, le dice a su matrícula el presidente del CDDPR.
Algunos puntos señalados por Kerr también fueron recogidos en una carta de recomendación que la Junta Dental Examinadora envió a la Gobernadora.
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No obstante, según supo este medio, a pesar de que en inicio se recomendó el 11 de mayo como fecha para la reapertura de las oficinas de trato dental que cumplan con los requisitos, la Junta Dental Examinadora que preside el doctor Mike Alvarado emitió esta pasada semana una comunicación informal al gremio de dentistas, especificando que ya desde este lunes, 4 de mayo, pueden abrir las oficinas, no solamente para emergencia.
Con respecto a los tratamientos de aerosol, Alvarado recomienda en el mensaje al que tuvo acceso Metro que se pueden “hacer los procedimientos que produzcan aerosol con algún mecanismo de disminución de propagación de ese aerosol como succión externa, conos, dry shield, cajas que cubran al paciente, entre otras opciones, según el criterio de cada dentistas”.
Así las cosas, los retos con los que ya lidiaba la comunidad de odontólogos y odontólogas de Puerto Rico, de por sí sustanciales, ahora se han agigantado gracias al embate misterioso, y en ocasiones sanguinario, del Covid-19.
“Esta situación provocará grandes cambios en la práctica de la odontología en general. Por ejemplo, un tratamiento adecuado para todo paciente comienza desde que entra a la oficina, y con este virus tan contagioso tenemos que cambiar métodos en muchos aspectos, desde disminuir la cantidad de sillas en la sala de espera, para evitar el contagio hasta evitar que entre mas de un paciente a la vez, prepararnos con mascarillas adecuadas, guantes, gorros desechables, esto para todo el personal”, apuntó el doctor González, recordando que todo el equipo de salubridad ha aumentado de precio ante la crisis, “una caja de guantes que antes costaba $10, ahora la encuentras a $24”.
“Nosotros los dentistas estamos en gran riesgo por el aerosol que provocan los procedimientos dentales, por lo tanto tenemos que pensar en un método efectivo para controlar los aerosoles y no contagiarnos. Se está hablando de una succión especial que cada una cuesta alrededor de $2,500, y si tienes varias sillas esto se multiplica… En fin son muchos má gastos que antes y con menos pacientes, porque no todos se atreverán a visitar una oficina dental luego de esto por miedo a ser contagiados”, resaltó.
Barea, mientras tanto, coincidió en que la necesidad de buscar métodos nuevos de seguridad e higiene para evitar los contagios será un golpe duro, “en especial en Puerto Rico”.
“El cantazo es más fuerte y, ¿sabes por qué? Por las aseguradoras”, expresó.
“Llevamos 26 años lidiando con lo de las aseguradoras. Y ahora, en todas las oficinas van a haber gastos operacionales mas allá de la nomina suben, los materiales son caros. Los planes medicos pagan menos. Es un poco más cuesta arriba”, puntualizó Barea, primo del jugador de baloncesto de los Mavericks de Dallas, José Juan Barea.
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González ejemplificó lo difícil que ha sido la relación entre los dentistas y las aseguradoras, quienes parecen despreciar a esta profesión en este negocio de la salud que las ha convertido en unas bestias corporativas sin mucho sentido de clemencia.
“Los obstáculos puestos por los planes médicos para pagarnos lo justo y así poder seguir operando han sido muchos. Se ha hecho muy difícil y esto hace que uno reconsidere, y ahora mas que nunca, irse a algún lugar donde se nos trate justamente para poder mantener nuestra práctica con un servicio adecuado. Terminamos nosotros siendo los perjudicados”, apunta González, antes de relatar una anécdota que resume lo que entiende es una tendencia de menosprecio de parte de los planes médicos hacia los dentistas.
“En mi caso por ejemplo, una aseguradora, por error de ellos, que así mismo lo aceptaron, que fue su error, su sistema me removió de su lista como proveedor y así estuve, fuera de su red por varios meses. Todos los pacientes que se atendieron y los procedimientos hechos durante este periodo no fueron pagados por este plan. Aun con varias visitas a sus oficinas centrales no se pudo lograr el pago, y no fue hasta que hice el reclamo a través de una oficina de abogados que entonces ahí, solo pagaron una cuarta parte de todos los servicios hechos. Y esto entra en otro peso para mí como proveedor, ya que tengo que seguir dando servicios a los pacientes afiliados a este plan, porque los pacientes no pueden ser perjudicados por esto. Terminamos nosotros siendo los perjudicados.
“Por décadas, los dentistas de nuestro país han estado sufriendo discriminación por parte de los planes medicos. Nosotros sabemos de muchos otros países en donde los planes médicos les pagan a sus dentistas con tarifas apropiadas al costo de vida cambiante a través del tiempo”, señaló.
“Nosotros los dentistas ponemos en riesgo nuestras manos, nuestras espaldas , nuestros ojos, en fin, nuestra salud diariamente y más ahora que nunca con este nuevo periodo de pandemia para brindar un servicio digno a nuestro país”, lamentó el joven doctor, padre de familia y baterista, quien durante la pandemia aprovecha para desempolvar sus destrezas musicales con su banda NuBoka.
“Los obstáculos puestos por los planes médicos para pagarnos lo justo y así poder seguir operando se ha hecho muy difícil y esto hace que uno reconsidere y ahora mas que nunca, el irse a algún lugar que se nos trate justamente para poder mantener nuestra práctica con un servicio adecuado”, finalizó.