Contexto

Buscan subsanar situaciones emocionales luego de los huracanes

Los desastres naturales tienen un efecto significativo en la salud y el bienestar de la niñez, lacerando su desarrollo emocional y alterando su rutina. Por tal razón, es importante fortalecer tanto el desarrollo socio-emocional como la resiliencia en los niños y niñas para que puedan sanar y sobrepasar una situación de crisis.

Al tener esto en cuenta y considerar que los adultos son el soporte y el apoyo de los niños, se desarrolló el Proyecto ALCANZA: Construyendo la esperanza en la niñez y las familias después del desastre del Huracán María. El propósito de esta iniciativa fue proveerle a los educadores de la niñez temprana una experiencia de desarrollo profesional que viabilizara el desarrollo de conocimientos y actividades para apoyar a las familias en momentos difíciles.

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 “Entendimos que para poder ayudar a recuperar el país, era importante tocar el tema de la resiliencia y utilizar a los maestros como líderes transformadores y capaces de devolverle la esperanza a los niños y sus familias”, expresó la doctora Annette López de Méndez, directora del Proyecto ALCANZA. “Vi la importancia de ayudar a los educadores a entender cómo responder a una situación de adversidad y fortalecer la resiliencia en la niñez”, añadió.

 En respuesta a esta necesidad, se impartió una serie de talleres durante los pasados meses a 157 educadores de niñez temprana de los centros de cuidado y desarrollo ubicados en los municipios declarados zona de desastre por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), ya que fueron los más afectados y los que todavía están sufriendo las consecuencias del embate del huracán María.

 Los talleres hicieron énfasis en que los adultos encargados de la niñez entendieran las conductas que pueden presentar los menores frente a una situación de crisis, para que así pudieran manejarlas y cooperar en el proceso de recuperación. Como objetivo principal, se buscó aumentar en los educadores los conocimientos relacionados a los siguientes temas: los efectos de los desastres naturales en la vida de los niños y niñas, la resiliencia, la creación de actividades para apoderar a los maestros y las familias, y el fomentar el valor de los adultos como el eje central que apoya a la niñez para garantizar su bienestar.

El fortalecimiento del desarrollo socio-emocional y la resiliencia en la niñez, sirven como medida para fortalecer la confianza, la autoestima, el apego y los vínculos familiares hacia la escuela. Para esto, además de adquirir conocimientos en las distintas áreas antes mencionadas, se enseñaron una serie de estrategias de enseñanza, basadas en la construcción de narrativas para reconfortar a los niños después de un desastre. Asimismo, se fomentó el que los adultos escucharan y entendieran a los menores por medio de sus historias, dibujos y escritos.

 No obstante, los educadores de niñez temprana tienen como responsabilidad educar no solo a los niños y niñas, sino también a las familias. Por tal razón, la doctora López de Méndez afirmó que “en los talleres se trabaja el tema de la resiliencia desde la perspectiva de tres componentes: el maestro, la familia y los niños”.

 “Para impactar a la niñez debemos primeramente fortalecer a los adultos a cargo. Son los adultos los que primero deben conocer, desarrollar las destrezas y actitudes necesarias relacionadas al concepto de la resiliencia, para luego poder ayudar a los niños. En el caso de nuestros talleres, partimos de la premisa de que los educadores compartirán con las familias las estrategias aprendidas, haciendo claro que los padres y las madres o cuidadores de la niñez sirven de modelo positivo para ellos”, explicó la también catedrática de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP).

 Resultados encuesta realizada por el CIE

Cabe recalcar, que este proyecto responde a las necesidades identificadas en el cuestionario tipo encuesta que el Centro de Investigaciones Educativas (CIE) de la UPR-RP distribuyó a todos los centros preescolares a nivel isla a partir del 1 de diciembre de 2017, frente al desastre natural del huracán María. En términos de los temas señalados para su desarrollo profesional, los 169 centros provenientes de 53 pueblos de Puerto Rico que hasta enero de 2018 contestaron el formulario, indicaron que necesitaban adiestramientos en el manejo de emociones (82%), salud (40%), estrategias para proteger la comunicación (40%) y la creatividad (36%).

 Por otra parte, los hallazgos preliminares revelaron que el 19.4% de los centros provienen del área de San Juan; 59 de ellos privados (sin y con fines de lucro), y atendiendo mayormente preescolares y maternales. Más del 79% indicó que sigue operando de manera regular o parcial. La mayoría de los centros (72%) sufrieron daños estructurales, pérdida de equipo, materiales educativos y de oficina.

 En términos de la matrícula, reportaron haber perdido de nueve a tres estudiantes por centro, debido a que las familias se mudaron fuera del país (82%). Además, los centros informaron que perdieron de uno a 33 empleados por centro, mayormente porque se redujo la matrícula (40%) o renunciaron para irse fuera de Puerto Rico (34%).  La mayor necesidad identificada en los centros, fue la de reparaciones a la estructura física (61%), generador de electricidad (56%), filtro de agua (35%), materiales y libros (38%) y mobiliario (33%). Se identificó como la mayor necesidad para las familias de los centros preescolares, la falta de energía eléctrica (99%), agua (53%) y empleo (60%).  Por último, solo 1% indicó que había observado maltrato hacia la niñez en términos de negligencia y maltrato emocional.

 Los talleres del Proyecto ALCANZA: Construyendo la esperanza en la niñez y las familias después del desastre del Huracán María se llevaron a cabo en la UPR Recinto de Cayey, por un acuerdo de colaboración entre el CIE, la Facultad de Educación de la UPR-RP y la División de Educación Continua (DECEP) del campus cayeyano. La iniciativa fue auspiciada por la Fundación Ángel Ramos.

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