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Bestial inicio del embate del huracán Michael por la Florida

Luego de ganar fuerza debido a un mar inusualmente cálido en el Golfo de México, el huracán Michael golpeó el miércoles el noroeste de Florida con vientos potencialmente catastróficos de 250 kilómetros por hora (155 mph), una de las tormentas más poderosas que haya tocado tierra en Estados Unidos continental.

Michael tocó tierra cerca de México Beach, una comunidad turística ubicada en la costa a la mitad de una franja de 320 kilómetros (200 millas) en el noroeste de Florida con pocos habitantes, playas de arena blanca, localidades pesqueras y bases militares.

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El huracán azotó la costa con vientos estruendosos, fuertes lluvias, ráfagas poderosas, fuertes olas, calles inundadas, árboles doblegados, ramas y hojas caídas, y esparció escombros de edificios por todas partes. Se escucharon explosiones al parecer causadas por transformadores.

“La oportunidad de desalojar se ha terminado”, declaró el administrador de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos, Brock Long.

El fenómeno pasó rápidamente de una depresión tropical el fin de semana a una poderosa tormenta de categoría 4 la mañana del miércoles, pasando por categoría 2 menos de un día antes.

“He tenido que tomar antiácidos por lo nauseabundo que me siento hoy por la inminente catástrofe”, dijo en un tuit el científico del Centro Nacional de Huracanes, Eric Blake, en momentos en que la tormenta se volvía más aterradora porque ganaba fuerza debido al mar inusualmente cálido del Golfo de México con 28,8 grados Celsius (84 F).

Fue emitida una orden de desalojo para más 375.000 personas en la costa del Golfo de México. Sin embargo, las autoridades de emergencia lamentaron que muchas personas ignoraron las advertencias y al parecer pensaron que podían resistir la tormenta.

Diane Farris, de 57 años, y su hijo caminaron a una escuela convertida en albergue cerca de su casa en Panama City para encontrar 1.100 personas en un espacio para la mitad de ese número. Ni ella ni su hijo tenían forma de comunicarse porque su único celular se mojó y dejó de funcionar.

“Me preocupo por mi hija y nieto. No sé dónde están”, afirmó la mujer mientras sollozaba.

Los vientos huracanados se extendían 75 kilómetros (45 millas) del vórtice de Michael. Según los meteorólogos, las precipitaciones podrían llegar a 30 centímetros (un pie) y el oleaje peligroso podría alcanzar los 4 metros (14 pies).

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