Contexto

"Aquí ya no hay na": desmadre en el Este del país

Por: José Encarnación Martínez 

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FAJARDO – En Fajardo, Luquillo y Río Grande ya casi no hay mercados para abastecer todas las necesidades de la gente. ¿Usted sabe algo del combustible? En estos pueblos son pocos, poquísimos, los que saben.

Si para usted la cosa está pelúa en las gasolineras del área metropolitana, mejor ni se asome por las tierras de Rosendo Matienzo Cintrón y del general Antonio Valero. Después le explicamos con detenimiento quiénes fueron esas luminarias de la historia.

La fila de la gasolinera Puma que ubica en la carretera #3 de Luquillo a Fajardo se extiende varios kilómetros diariamente y hace días no llega gasolina. (Marcos Pérez para El Calce)

Mientras tanto, lo que usted tiene que saber es que en ese pedazo del Este [y quizás en otros pueblos más] a diario son miles los ciudadanos que se amanecen violando el toque de queda, pues, como ya no hay supermercados disponibles pa&#39 hacer una buena compra, hay que intentar llenarle el tanque a los carros pa&#39 ver si el gas pela en otro pueblo.

Pero el problema va mucho más allá de eso. En las kilométricas filas de los poquitos supermercados que abren pa&#39 pasar la gente a cuentagotas y por tiempo, el pueblo se está cuestionando duramente si, en efecto, es verdad eso de que “ya la ayuda va en camino” y que los artículos de primera necesidad “están llegando”.

“No consigo comida. Estoy como loca buscado gasolina, pero las filas están imposibles y ya tengo miedo de quedarme. Vine a Ralph y mira como está esto. Ya es desesperante, de verdad. Aquí ya no hay nada”, le dijo Judith Ortiz Martínez a El Calce en un recorrido por Fajardo.

En el supermercado Ralph de Fajardo la cosa se puso dura hace unos días. Ahora la fila es una misión y la comprita es por tiempo. (Marcos Pérez para El Calce)

No se nos confunda. De que hay gente que ha logrado echar sus $20 o $15 pesitos, la hay. El punto es que, como dice esa legendaria canción, “no hay cama pa&#39 tanta gente”. En este caso, lo que pasa es que todo apunta a que no hay compustible pa&#39 to&#39 el mundo. ¿Entiende?

Mejor deje que se lo explique el propio alcalde de Río Grande, Ángel &#39Bori&#39 González.

“En Rió Grande estamos adaptándonos al día a día en términos de los servicios básicos. Uno de los agravantes ha sido la gasolina. Tenemos a la gente desde tempranas horas apostada en todas las estaciones esperando los camiones”, manifestó &#39Bori&#39 en entrevista con este medio y reconociendo, claro está, que esto no es un problema exclusivo de su pueblo.

“La gasolina está siendo racionada y la cantidad que nos va llegando, pues es bien limitada si consideramos a toda la gente que va a comprarla”, resaltó el alcalde, quien aclaró que contrario al fenómeno que se vive en muchas gasolineras de Fajardo y Luquillo, en la Ciudad del Yunque la gente rompe noche porque sabe que el combustible llega.

Pero chacho, según sentenció el mandatario municipal, los bancos están cerrados en Río Grande. No hay efectivo corriendo en los cajeros automáticos del municipio, no hay billete, asunto que le preocupa sobremanera al alcalde, quien aprovechó para subrayar que los tres supermercados en su municipio están enfrentando la crisis del diesel y que, ante ello, se han visto forzados a controlar las ventas.

“Lo más importante en esto ha sido la distribución de diesel. Los comercios dependen de eso ahora mismo. Nos han solicitado que se mejore la distribución a la brevedad posible, porque son muchas las necesidades ante la carencia de combustible. Comida, hielo, el cash que no fluye… tampoco tenemos mucha agua potable”, puntualizó González.

Y sobre el asunto del agua en Río Grande esté pendiente. Es posible que mañana temprano no salga ningún camión cisterna de la planta de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados. Sobre este asunto, pendientes a El Calce y a Metro, mire que esto pica y se extiende en territorio guerrillero.

 

 

 

 

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