El pasado sábado, miles de personas se manifestaron en Barcelona para protestar contra la masificación turística y sus efectos negativos en la vida cotidiana de los residentes. Bajo el lema “¡Basta! Pongamos límites al turismo”, alrededor de 2800 manifestantes, según la Guardia Urbana, marcharon por la concurrida zona litoral de la ciudad.
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Los manifestantes exigieron un cambio en el modelo económico que reduzca la afluencia turística. Barcelona es la ciudad con más visitantes extranjeros de España, atrayendo a millones de turistas cada año. Las manifestaciones, sin embargo, no se limitaron a consignas y pancartas.
Los residentes de Barcelona marcharon contra los turistas y acabaron atacandolos
En medio de la protesta, algunos grupos de manifestantes agredieron a turistas en sitios icónicos de la ciudad, como el paseo de La Rambla y el barrio de la Barceloneta. Los videos muestran a turistas refugiándose en el interior de restaurantes después de que los manifestantes les dispararan con pistolas de agua.
“Contra el turismo no tengo nada, pero con el exceso de turismo que estamos sufriendo en Barcelona, sí, porque eso hace invivible la ciudad”, afirmó Jordi Guiu, un sociólogo de 70 años, al inicio de la marcha. Los manifestantes corearon consignas como “fuera turistas de nuestros barrios” y se detuvieron frente a varios hoteles, sorprendiendo a los visitantes.
Uno de los efectos más preocupantes del turismo masivo en Barcelona es el aumento del precio de la vivienda. Según el Ayuntamiento, los alquileres han subido un 68% en la última década. Esto ha llevado a muchos residentes a abandonar sus hogares debido a la incapacidad de pagar los altos costos de alquiler.
La ciudad de Barcelona en crisis por el aumento excesivo del turismo
Isa Miralles, que vive en la Barceloneta, explicó: “Los negocios de toda la vida cierran para dar paso a un modelo de negocio que no es lo que necesita el barrio”. En respuesta a estos problemas, el Ayuntamiento de Barcelona, dirigido por el socialista Jaume Collboni, anunció recientemente su intención de eliminar los más de 10.000 pisos turísticos de la ciudad para finales de 2028.
La medida busca devolver estas viviendas al mercado regular y aumentar la oferta de alquileres para los residentes. No obstante, esta decisión ha sido criticada por la asociación de Apartamentos Turísticos, que teme un aumento del mercado ilegal. Barcelona no es la única ciudad española en protesta. Movilizaciones similares han tenido lugar en Málaga, Palma de Mallorca y las Islas Canarias.
