Macetaminofén, el macharrán favorito de las Congueras Feministas, una vez más está de vuelta en El Calce. Como ustedes saben, el buen Tío es un señor que pasa sus aburridos días escuchando música instrumental, atendiendo las matas del balcón 🪴, consintiendo a la buchiperrita Botines y observando el comportamiento de mis amados boricuas, porque si hay algo que me fascina es el análisis OBJETIVO del lugar donde vivo.
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En esta ocasión, vengo a hablar de una especie que puede camuflarse entre nosotros haciéndole creer a la gente que “es una buena persona”, pero que cuando lo conoces esconde a un ser despreciable. Sobrinitos, busquen papel y lápiz que la clase acaba de comenzar.
Hace unos doce años atrás -cuando el monte que era el Internet comenzó a llenarse de redes sociales y aún no habían surgido muchas personas carentes de talento, pero sedientas de atención- el comportamiento de la gente en las redes era muy diferente. Básicamente la gente usaba las redes para buscar a sus exes de escuela superior y universidad, darle poke a extraños en Facebook, subir fotos sin filtros y TuiteL estaba en su momento más prendío antes que la comunidad boomer viniera a regañarnos como si ellos fueran inocentes.
Para esa época usábamos esto pa’ vacilar y pasar el rato, pero la politiquería -que siempre jode todo- entró por la cocina como Pedro Julio cuando visita a uno de sus amiguitos en la madrugada 🙂, el eterno mal humor se hizo la norma, y de repente estábamos peleando hasta cuando alguien se tiraba un “buenos días”.
En ese ‘season’ la gente empezó a tomar cualquier comentario como una excusa para llevar a cualquier persona a la hoguera. Mucho bambalán -con vidas tristes, cero metas, y muchos complejos-, se coló entre los que siempre quieren estar “del lado correcto de la Historia”, adoptando el creciente discurso de “la equidad”. Siempre puse en duda esa equidad con comillas de parte de algunos grupitos que te ponían condiciones para opinar; si tú eras hombre heterosexual, eras el enemigo, y si le hablabas a la mujer con igualdad, te consideraban “misógino”; ah, pero si eras mujer conservadora, pues te tagueaban como la enemiga mayor. Hay grupos que hablan de “ser inclusivos”, y son la cosa más exclusiva que existe; por eso mi respeto siempre ha sido pa’ las gallas que sacan sus c*j*n*es sin pedir acomodo razonable, porque lo contrario no sería equidad, sino condescendencia… ‘Pérate, que el elefante blanco en el salón pidió permiso pa’ ir al baño. 😉
Coro, pa’ esa fecha siempre me mantuve en mi línea diciendo lo que me diera gana, se ofendiera el que se ofendiera, y les dejé claro que si tenían algún problema con eso, tenían que sacarme las palabras del cuerpo. Yo prefiero ser un villano honesto que un embustero aferra’o a ser “del bando bueno”. También fui testigo de cómo algunos tipitos con gónadas bien chiquitas se vendían como “aliados” de los grupos progres, pero su comportamiento afuera de las redes no cuadraba con su discurso. Estos son los feministos… o como les llamo: Los BoriFeministos.
El BoriFeministo es este mamífero que reniega todo lo que sea, venga o represente a un “macho alfa”, término que fue limitado al de “un hombre maltratante y agresivo” y demonizado por -irónicamente- gente que solo se comunica gritando insultos. Esta clase de simio se muestra como un falso varón sensible que “vive día a día decontruyéndose del machismo patriarcal que cargan aquellos que poseen el cromosoma XY”. Wao, terminé esa oración, y si tuviera pelo, me lo hubiese pica’o con rabia -castigando especialmente la pollina- pa’ pintarlo de violeta como protesta con el Estado opresor que es un macho violador.
El BoriFeministo adopta muchas luchas -todas las que pueda, pues el fin es vender el papel de varón hipersensible- y sus argumentos son vacíos, llenos de medias verdades y empaqueta’os de falsas equivalencias. El BoriFeministo no tiene un plan, solo domina la técnica de virar la tortilla con demagogia. El BoriFeministo usa un arma infalible para ganarse el corazón de una comecandela: decir lo que ellas quieren escuchar.
Este varón beta tiene preferencia por las mujeres menores que él -preferiblemente universitarias-, ya que estas son más ignorantes, pues no han tenido muchas experiencias de vida. O sea, es más fácil engañar a una chamaquita que está empezando a vivir que a una treintona divorciada con un poquito ‘e calle. Aunque es bien juzguín, El BoriFeministo no soporta las críticas a su labor, y por eso prefiere escudarse en el cliché de los perdedores: “es el mundo contra mí”. Yo no puedo ni pensar en cómo es eso de vivir bajo la idea de que eres una víctima de todo. ¿Cuándo te paras de ese fanguero, papeh? ¿O uste’ nació pa’ ser una chata?
El BoriFeministo no suele tener mucho dinero porque está dado a la vagancia, le gusta la comodidad que ofrece el no intentar nada -y la justifica con sus luchas hacia el tirano Capitalismo- así que es más fácil comprarle Medallas y carne frita a una hambrienta estudianta de la UPR de Río Piedras, que llevar a una mujer hecha y derecha a cenar a un sitio decente en Guaynabo. El desajustado Almighty se reiría diciendo “bendito, son pobrecitos”... yo me quedo serio pensando “los feministos no son hombres, solo son niños engreídos que no tienen los pantalones en su sitio… ni los tendrán”.
El BoriFeministo es loco con el discurso de romantizar la pobreza, ustedes saben, vender el idealismo de Los Pitufos es cosa de individuos que nunca han tenido callos en las manos a base del trabajo; y si no me crees, chequea cómo es la vida de ese feministo que tú conoces, y que se mueLde cada vez que escucha un testimonio de superación. El que le tiene miedo al pico y la pala, no sirve ni pa’ carne molida… aquí los verdaderos gallos no vuelan cuando se acerca el guaraguao, y si estas líneas tuviesen un sonido de fondo, sería la risa de Ñengo Flow.
Usualmente, estos feministos andan bien aborrecidos, son personas que no tienen una empatía real porque no saben ponerse en los pies de otros, ni entienden que el mundo no es blanco o negro, sino gris. Para ellos su punto de vista es irrefutable, y aunque tengan gríngolas y no saben comprender que todos tenemos vidas y circunstancias diferentes, los BoriFeministos juran que la visión de un mundo perfecto la tienen ellos… solo ellos, y “los demás son simplemente brutos”, pues no hay nada más cerra’o que un feministo.
El BoriFeministo tuitea que el mundo no corre sin las mujeres, y otras frases que gritan las velludas hembras que usan bandanas… pero a las mujeres a las que tienen que rendirse -como sus esposas, madres, hermanas e hijas- no las tratan igual a lo que venden en las redes. Ese tipo de c*brón prefiere complacer vagamente a muchas desconocidas que endiosar a una sola y darle el lugar de una reina. El BoriFeministo le gusta echar maíz por lo bajo, y siempre su primer movimiento es invitarte a un café porque cree que así luce menos depredador que aquel que llegó al inbox con una babosada. Uno sabe quién es un feministo porque en todos sus cuentos él es el mártir, nunca el cabrón de la historia.
A veces El BoriFeministo quiere lucir más intelectual que los otros hombres, y sus gustos musicales, sus libros y sus películas no son iguales a los de ese machito morón promedio que escucha reggaetón y ve la saga de “Fast & Furious”... porque El BoriFeministo es acompleja’o con coj*n*s y se cree que es “único y especial”, pues por falta de méritos reales tiene que recurrir a “lo especial que es” o a las mentiras que le dijo su mamá.
El BoriFeministo adora tocar ciertos botones de los que no piensan como él, y luego apela a la victimización como un cobarde; al feministo -usando los bullets del Manuel Manual de Perfecto Manipulador- le gusta hacer ataques a la reputación de otros hombres porque esa es una de las herramientas que usan los cobardes cuando carecen de argumentos. También tiene un savior complex, pero el tipo no entiende a esa clase pobre que intenta salvar porque nunca convivió en el calentón con noJotros. Caballito, si tú eres del privilegio, nunca te vamos a creer la película… pero sigue jugando “al ídolo de los marginados”, al “Che Guevara caribeño”, que noJotros seguimos vacilándonos tu falso histrionismo… charlatán...
Usualmente estos muchachones abundan en los grupos de izquierda, pues su mensaje hueco (como el de un religioso que todo lo cura con fe) encaja mejor allí… y aquí es que algunos zombis saldrán con rabia diciéndome “penepé”... porque El BoriFeministo, además de ser una porquería de hombre, es bien predecible, y su forma de pensar solo entiende el juego de Damas, más no así el Ajedrez.
Al BoriFeministo le gusta llorar frente a los demás, no por mostrar genuina sensibilidad, sino porque tiene un pobre manejo de emociones; solo los incapaces no pueden modularse, y si no pueden dominar un sentimiento fugaz, menos deben tener posiciones de liderazgo porque serían déspotas, ya que son volátiles. El BoriFeministo cuando juega basket es un palero, pero si el viento lo acaricia, canta foul… y si la bola es de él, se la lleva enojado de la cancha… como El Princeso de Victoria y los Doncellos de Santurce.
El BoriFeministo siempre se mercadea como este tipo que es un good catch, un unicornio en el país de los caballos chongos, y que te puede deslumbrar con todos los embustes que dice… pero tengo algo que decirte, mi ciela: si un hombre no respalda con hechos lo que sus palabras dicen, pues el pana simplemente es “un habla mierda”. Imaginen un mundo en el que estos tipos hagan la zapata… eso sería más inestable que jugar Jenga en el tembloroso Guánica.
Ah, El BoriFeministo detesta esos valores tradicionales, como el trabajo duro, el esfuerzo y la familia porque son unos bacalaos que no tienen la valentía de pararse de frente a meter mano con lo que es realmente difícil, y se escudan en la queja de un malvado gobierno que “les impide progresar”. A ellos dale un Kleenex pa’ que lloren, en los que nosotros los hombres y mujeres Alfa estamos echando esto pa’ lante con TRABAJO. Pa’ joder, hay mucho feministo que desde los Estados Unidos nos quiere decir lo que tenemos que hacer. Mera, pana mío, respeta a los que estamos en el cien por treinta y cinco empujando a los bueyes en la jalda, somos noJotros los soldados de la brea en el tapón, mientras ustedes están allá jugando a ser los salvadores de las causas justas criticando a los que no queremos que nuestra tierra se hunda.
Yo siempre defenderé el derecho de mis hermanos en la diáspora por opinar sobre las cosas que pasan en nuestra casa, pero también los llamo a capítulo y les recuerdo que aquí estamos bregando con el calentón; así que suave con las críticas, porque la opinión que más vale es la de aquel que también está ejecutando bajo sus propias circunstancias.
Hace unos días atrás me enteré que un conocido Borifeministo de Twitter resultó ser un maltrante, y era el mismo tipo que por años acusaba a otros hombres de ser abusadores (no son tan Macho Machú na’, ¿verdad, compueblano?) y todos los embustes que le ocurrieran. Entonces, me puse a pensar que está medio cabrón que aquí algunos lleguen a una conclusión sobre el carácter de una persona simplemente porque difieres de sus posturas. Sin embargo, cuando hay abusadores que pasan frente a los ojos de to’ el mundo, estos grupitos que gritan mucho “por la justicia” se quedan calla’os porque se trata de uno de los de ellos.
Amigues, ustedes no son tan diferentes del bando al que critican. ¿Son hipócritas? Ustedes saben que sí. Antes teníamos que estar batallando contra los religiosos porque querían imponernos su sagrada moral, y había que decir lo que ellos querían; los años pasaron y ahora tenemos a un paL de bobolones que no pueden bregar con su existencia, pero pretenden dictar las vidas de los demás con su sospechosa sensibilidad.
Coro, yo solo quiero que analicen las acciones de las personas, no sus palabras, porque aquí cualquier infeliz se hace pasar por buena persona escondiéndose debajo de un montón de lemas populistas. Eduquen a sus hijas pa’ que no caigan en la trampa de esos feministos beta cucks, y fomenten el que sus pollitas sean gallas que no se dejan meter las cabras de estos estúpidos. Las mujeres son el sexo fuerte… pero no hay necesidad de poner blandengues a los hombres Alfa, y fíjense en los BoriFeministos, que se les meten pa’ sus hogares haciéndose los inocentes.
Siempre le he dicho a mi amada hija algo, y me sostengo: a mí no me importa si me traes un nene o una nena a casa, lo único que quiero es que no sea un/una vago/a o un/una llorón/llorona… sí, yo también puedo ser inclusivo. Antes de irme, quiero decirle que conozco a varios BoriFeministos, y puedo nombrarlos UNO A UNO, pero prefiero que cuando lean esto se reconozcan y sepan que YO SÉ LO DE USTEDES… y que ya no es el 2012, el 2016 ni el 2020, ahora tenemos que guayar sin cantar foul. ¿Vamo’ allá o me tienen miedo?
Coro, si quieres un podcast que no le tenga miedo a cruzar los límites, tienes que darle PLAY a La Hora Mach0rra, un ‘safe space’ donde los que no tienen complejos van a vacilar… y los BoriFeministos detestan. 🤫
PD: Mis respetos a las mujeres Alfa que hay en mi vida: mi mamá, mi hermana y mi esposa. Gracias por enseñarme lo que alguien fuerte puede ser. Les prometo que pa’ la próxima les traigo letras bonitas, pero hoy tenía que dejársela caer a un paL de pend*j*s. 🦍✏️